Las energías renovables están viviendo un auge a gran velocidad como consecuencia de la necesidad de cambiar a medio plazo nuestro sistema energético, para cumplir los compromisos del Acuerdo de Paris y avanzar hacia una descarbonización de nuestro sistema productivo.
En el desarrollo de nuevas instalaciones fotovoltaicas y eólicas es imprescindible un enfoque ambiental desde el principio de su desarrollo, en la búsqueda de la mejor ubicación, hasta el final de la misma, con su desmantelamiento llegado el caso. Este enfoque permite superar la evaluación de impacto ambiental a la que se deben someter este tipo de proyectos, mejorando su integración ambiental y su aceptación social. El condicionante ambiental adquiere tanto protagonismo en este sector porque son instalaciones que ocupan grandes extensiones de terreno, con gran impacto sobre el suelo, la fauna y el paisaje, por citar los más importantes.
ICMA tiene gran experiencia en la evaluación de impacto ambiental de este tipo de proyectos, así como en la vigilancia ambiental de las obras y de la instalación en funcionamiento.