Cuando se lleva a cabo una obra o actividad con impacto potencial sobre el medio ambiente, es fundamental asegurar que se cumplan las condiciones establecidas en el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) y en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Para ello se diseña un Plan de Vigilancia Ambiental (PVA), que establece las medidas de seguimiento y control necesarias durante todas las fases del proyecto.
Este control no solo permite comprobar que se están ejecutando correctamente las medidas protectoras, correctoras y compensatorias, sino que también garantiza una respuesta ágil ante imprevistos o impactos no previstos. La vigilancia ambiental permite detectar desviaciones, valorar la efectividad de las actuaciones, y en su caso, proponer nuevas soluciones.
El seguimiento ambiental se convierte, así, en una herramienta clave para asegurar la sostenibilidad y la viabilidad a largo plazo de los proyectos, así como su aceptación social y cumplimiento normativo.
Desde ICMA ofrecemos un servicio completo de control y vigilancia ambiental durante la ejecución de obras y actividades sometidas a evaluación de impacto ambiental, adaptándonos a las necesidades y el ritmo de cada proyecto.
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